Guía completa sobre instalación eléctrica en una casa: los conceptos básicos para interpretar tu sistema

Comprender el funcionamiento de la instalación eléctrica de tu hogar es fundamental tanto para garantizar la seguridad de quienes habitan el espacio como para realizar cualquier modificación o mejora con conocimiento de causa. Aunque siempre es recomendable contar con electricistas profesionales para cualquier intervención, conocer los elementos básicos que componen tu sistema eléctrico te permitirá mantener una conversación informada y tomar decisiones acertadas. A lo largo de este recorrido, descubrirás cómo se estructura una instalación eléctrica viviendas desde sus componentes principales hasta las normativas que la regulan.

Componentes esenciales del sistema eléctrico doméstico

Una instalación eléctrica residencial se divide principalmente en dos grandes áreas: la instalación de enlace y la instalación interior. La primera conecta la red de distribución pública con tu hogar, mientras que la segunda comprende todos los circuitos eléctricos que recorren el interior de la vivienda. La instalación de enlace incluye elementos como la Caja General de Protección, conocida como CGP, que actúa como primer punto de protección y marca el inicio del suministro. Desde allí, una línea general de alimentación conduce la electricidad hasta el contador, que registra el consumo, y luego continúa mediante la derivación individual hasta llegar al interior de tu casa.

El cuadro eléctrico: centro de distribución y protección

El Cuadro General de Mando y Protección, también denominado CGMP, constituye el corazón de tu instalación interior. En este punto se concentran todos los dispositivos de protección que velan por la seguridad del sistema. Aquí encontrarás el Interruptor General Automático, conocido como IGA, que permite cortar el suministro eléctrico de toda la vivienda en caso de emergencia. Junto a él se ubican el Interruptor Diferencial, cuya función es proteger a las personas detectando fugas de corriente, y los interruptores magnetotérmicos o PIAs, encargados de proteger cada circuito individual contra cortocircuitos y sobrecargas. Además, muchos cuadros modernos incorporan un protector de sobretensiones o PCS que defiende los equipos electrónicos frente a picos de tensión, así como el Interruptor de Control de Potencia o ICP, que supervisa que no se sobrepase la potencia contratada.

Circuitos, cables y conductores: la red interna de tu hogar

La instalación interior se organiza mediante circuitos el éctricos independientes, cada uno destinado a alimentar diferentes áreas o tipos de aparatos. Estos circuitos parten del cuadro eléctrico y recorren la vivienda a través de cableado el éctrico de distintas secciones, adecuadas según la carga que deben soportar. Los cables se alojan en tubos corrugados cuando la instalación es empotrada o en canaletas cuando se opta por una instalación de superficie. A lo largo de su recorrido, se intercalan cajas de registro que facilitan el mantenimiento y permiten realizar conexiones o derivaciones. Cada circuito termina en puntos de luz, tomas de corriente y mecanismos el éctricos que permiten el uso práctico de la energía en cada estancia.

Dispositivos de seguridad y protección eléctrica obligatorios

La seguridad el éctrica en una vivienda no es negociable. Por ello, el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión establece la obligatoriedad de incorporar diversos dispositivos de protección que actúan como barreras ante posibles fallos. Estos elementos no solo salvaguardan la integridad de la instalación, sino que también protegen la vida de las personas ante situaciones de riesgo como contactos accidentales con partes bajo tensión o fallos en el aislamiento de los aparatos.

Interruptores diferenciales y magnetotérmicos: tus guardianes contra accidentes

Los interruptores diferenciales, conocidos como ID, son dispositivos que detectan diferencias mínimas entre la corriente que entra y la que sale de un circuito. Cuando una persona toca accidentalmente un elemento con corriente, parte de esa energía se desvía a través del cuerpo hacia tierra, generando un desequilibrio que el diferencial detecta en milisegundos, interrumpiendo el suministro y evitando lesiones graves. Por su parte, los interruptores magnetotérmicos, también llamados interruptores automáticos o PIAs, protegen cada circuito contra cortocircuitos y sobrecargas. Si un aparato defectuoso provoca un cortocircuito o si se conectan demasiados dispositivos simultáneamente, estos interruptores cortan el suministro del circuito afectado sin interrumpir el resto de la instalación. Ambos tipos de protección trabajan de manera complementaria para ofrecer un sistema robusto y confiable.

Sistema de puesta a tierra: protección fundamental ante fallas eléctricas

La conexión a tierra es otro pilar fundamental de la seguridad eléctrica. Este sistema consiste en un conductor que conecta todas las partes metálicas de la instalación y de los aparatos con una toma de tierra, normalmente una pica enterrada en el suelo o una red de conductores enterrados. Si se produce un fallo de aislamiento y una parte metálica queda bajo tensión, la corriente se desvía hacia tierra en lugar de atravesar el cuerpo de una persona. Este sistema trabaja en conjunto con el Interruptor Diferencial, ya que la fuga de corriente hacia tierra es detectada por el ID, que actúa cortando el suministro. Sin una correcta puesta a tierra, la eficacia del diferencial se ve comprometida y el riesgo de electrocución aumenta considerablemente.

Normativa y potencia contratada para viviendas

Cualquier instalación eléctrica en España debe cumplir con el marco legal establecido por el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, conocido como REBT, que recoge las instrucciones técnicas complementarias o ITC-BT. Estas normas garantizan que todas las instalaciones se ejecuten con criterios de seguridad, eficiencia y calidad. Además, establecen los requisitos mínimos en función del tamaño y las características de cada vivienda.

Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión: requisitos mínimos obligatorios

El REBT, en particular la instrucción ITC-BT-25, define dos grados de electrificación para viviendas: básica y elevada. La electrificación básica se aplica a viviendas de tamaño estándar y requiere un mínimo de cinco circuitos independientes de 230V con una potencia total de 5700W. Estos circuitos se distribuyen en iluminación, tomas de corriente de uso general y frigorífico, cocina y horno, lavadora lavavajillas y termo eléctrico, y tomas de corriente de baños y bases auxiliares de cocina. Por otro lado, la electrificación elevada es obligatoria en viviendas de más de 160 metros cuadrados o cuando se instalan sistemas de calefacción eléctrica o aire acondicionado. En este caso, se exigen al menos seis circuitos de 230V con una potencia de 9200W y un mínimo de dos interruptores diferenciales, uno por cada cinco circuitos. Estas disposiciones aseguran que la instalación pueda soportar las demandas energéticas actuales sin comprometer la seguridad.

Cálculo de potencia necesaria según el tamaño y uso de tu vivienda

Determinar la potencia contratada adecuada es crucial para evitar tanto cortes por sobrecarga como pagar de más por una potencia que no se utiliza. Este cálculo debe considerar el número de electrodomésticos que se usarán simultáneamente, el tamaño de la vivienda y los hábitos de consumo de sus habitantes. Una vivienda pequeña con electrodomésticos básicos puede funcionar correctamente con una potencia de 3,45 kW, mientras que una vivienda más grande con sistemas de climatización, termo eléctrico y múltiples dispositivos electrónicos puede requerir 5,75 kW o más. El ICP o control de potencia instalado en el cuadro eléctrico se encarga de supervisar que el consumo instantáneo no supere el límite contratado, cortando el suministro si se excede. Contar con el asesoramiento de electricistas profesionales ayuda a dimensionar correctamente la potencia y evitar problemas futuros.

Tipos de circuitos y su distribución en el hogar

La distribución de los circuitos eléctricos en una vivienda responde a criterios de seguridad, funcionalidad y cumplimiento de la normativa REBT. Cada circuito alimenta un grupo específico de puntos de luz o tomas de corriente, evitando que un fallo en un área afecte al resto de la instalación. Además, esta organización permite dimensionar adecuadamente las secciones de cable y las protecciones de cada línea.

Circuitos independientes para iluminación, enchufes y electrodomésticos

Según la normativa ITC-BT, los circuitos 230V se organizan en grupos claramente diferenciados. El circuito C1 se dedica exclusivamente a la iluminación, permitiendo que las luces permanezcan operativas aunque falle otro circuito. El circuito C2 alimenta las tomas de corriente de uso general distribuidas por salones, dormitorios y pasillos, así como el frigorífico, cuyo funcionamiento continuo es esencial. El circuito C3 está reservado para la cocina y horno, electrodomésticos de alto consumo que requieren una línea propia. El circuito C4 conecta la lavadora lavavajillas y el termo eléctrico, agrupando equipos que suelen funcionar de manera intermitente pero que demandan potencias considerables. Finalmente, el circuito C5 abastece las tomas de corriente de los baños y las bases auxiliares de la cocina, zonas donde el riesgo de contacto con agua es mayor y que por tanto requieren protección específica. En instalaciones con electrificación elevada, se añaden circuitos adicionales para calefacción eléctrica, aire acondicionado o puntos de recarga coches eléctricos.

Secciones de cable adecuadas para cada tipo de instalación

Cada circuito debe utilizar cableado de una sección adecuada a la corriente que circulará por él. Los circuitos de iluminación suelen emplear cables de 1,5 mm cuadrados, suficientes para la carga que representan las lámparas. Las tomas de corriente de uso general requieren cables de 2,5 mm cuadrados, mientras que los circuitos destinados a electrodomésticos de alto consumo como cocinas, hornos o termos eléctricos deben utilizar cables de 4 o 6 mm cuadrados. La normativa también limita el número de mecanismos eléctricos por circuito: un máximo de 20 tomas de corriente de uso general, 6 en baños o 30 puntos de luz. Esta restricción evita sobrecargar un mismo circuito y garantiza que los dispositivos de protección actúen correctamente en caso de fallo. Además, en instalaciones exteriores como jardines o terrazas, se debe prestar especial atención al grado de protección IP de los mecanismos. En jardines, se requiere un mínimo de IP54 o IP55 para proteger contra polvo y humedad, mientras que cerca de estanques o piscinas es obligatorio alcanzar IP65 o IP67. En terrazas cubiertas, el nivel de protección puede ser menor, entre IP3 e IP5, dependiendo de la exposición a las condiciones meteorológicas.


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